jueves, 24 de febrero de 2011

El día que no me cueste apretar el botón para borrar tus mensajes. El día que pueda evitar llamarte y esperar con el teléfono en la mano como pasan las horas. La madrugada que no me despierte pensando en ti. El minuto en el que no sufra imaginando que puedes estar con otra. En el instante en que ya me dé igual que estés lejos. El día que evite buscar noticias tuyas. En el momento en el que deje de pensar en tus virtudes y  me gusten tus defectos. El día que deje de esperar que pasen los meses para poder verte. Cuando pueda dejar de sentirme nerviosa con solo acodarme de ti. En ese instante en el que ya, nada me recuerde a él y cuando dejes de ser la razón  por la que despierto todos los días, y también por la que no me quiero levantar, entonces,
te dejaré de querer.

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