domingo, 25 de noviembre de 2012

Ni siquiera recuerdo cuantas veces te vi partir pensando que hay soluciones que nunca serán remedio, que hay cosas que nunca cambiarán y otras que lo hacen para siempre al fin y al cabo

Y no me van a quedar noches de sobra si las paso contigo



Porque si tú aún me dices venga, yo digo vale



Cuando me creo que todo está perdido, cuando me creo que estás perdido por otras bocas y yo solo me pierdo por ti. Cuando solo espero que digas todo, o nada, o quien sabe si algo que me cambie el mundo. Cuando espero que vuelvas, a 200km, a dos calles o a un suspiro, pero que vuelvas

Dedicado a los que alguna vez pensaron en marcharse


Como olvidar cuantos intentos fallidos de maletas en la puerta, temblor al girar  la llave y un suspiro que intenta renovar el aire en los pulmones, liberar la situación que le ahoga. 

Debe de estar cansada, saturada, superada. De no ser feliz. De mentir, negar. De sonreír sin motivo y de intentar millones de modos distintos de seguir.
Cansada de evitarle, o quizás de verlo, de encontrarlo a la vuelta de la esquina, como su primer encuentro forzado o de vivir sin su voz. Puede que no quiera pensar siquiera en el amor, le han roto el corazón y necesita años en blanco fuera de allí.
No se basa en él, va más allá.

Saturada por los mismos rostros día tras día junto con la ya aborrecida rutina. Pensando en qué dejaría atrás y a quién llevaría por delante

Está en blanco. ¿Realmente 19 años no son suficientes para crear un vínculo hacia una ciudad? No hay nada que la ate, nada que la retenga. 
Muchos que no la conocen como yo lo hacía, dirían que está loca si cogiera su cuaderno, su vestido y su pinta labios y dijera adiós. 

Pero nadie podría juzgarla, porque sería tarde. Ya estaría en el tren rumbo a la ciudad de sus sueños. 
No buscaba una ciudad acogedora, es más, necesitaba perderse. Dormirse y bajar en cualquier lugar, todos eran mejor que ese. Buscar oportunidades y hallar razones que le hicieran volver o quedarse para siempre. 
Sólo quería recordar cómo es sentirse especial, independiente y libre, como las tres golondrinas tan bien tatuadas en su espalda. "Todo pájaro debería salir del nido" y ella ya estaba fuera desde hace años, aunque no lo sabía.