sábado, 25 de diciembre de 2010

Mira que hay tontos enamorados.


No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de sus caderas, ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras que forma en cada paso de gesto que da…
Pero además la he visto seria, ser ella misma, y en serio que eso no se puede escribir.
Por eso no me vengáis con eso de lo fácil que es enamorarse.
Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre. 
Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido y en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices y en el sitio en el que le tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría.
Que yo también la veo, que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.
Que yo también he memorizado su número de móvil.
Que yo, no solo conozco su última pesadilla si no sus mil anteriores.
Y yo sí que no tengo cojones de decirle que no a nada. Y mira que hay tontos enamorados, que razones tenemos todos, pero yo, muchas mas que vosotros.

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