Ya no sé lo que quiero, no atiendo a razones, no tengo remedio. Me encanta cuando dices que me quieres, pero aún más cuando ni siquiera hablas, que te sobran las palabras. Y, bueno, a decir verdad, en ocasiones te odio, y otras veces te quiero matar. Pero, cierto es que, cuando me miras, cuando sonríes, a veces se me olvida incluso el respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario